Por fin llegó el día D, sábado 10 de Noviembre y todos estabamos emocionados por volver a encontrarnos después de 25 años en nuestra Alma Mater. ¿Podríamos reconocernos? ¿Habremos cambiado mucho? ¿Con quiénes nos encontraremos? La emoción iba en aumento con el paso de las horas, y cual torero que se va vistiendo de luces antes de salir a la plaza, así me sentía al ponerme la corbata y el terno antes de salir hacia Alfonso Ugarte. La celeste me esperaba y las culebríticas invadían ya mi estómago. Coco Idiáquez había hecho un último esfuerzo en ubicar a la mayor cantidad de gente posible hacía 24 horas y este era el momento de ver los resultados. Son casi las 11 am, recibo una llamada al celular, es Coco que me pregunta dónde estoy. Le digo que estoy a 2 minutos pero mentira, recién estaba saliendo de mi casa.El taxi me deja en la esquina de Bolivia y Alfonso Ugarte, ha salido el sol y hace calor, me apuro al subir las escaleras de la puerta principal. Como una pelicula surrealista, por unos segundos mi mente desconecta el audio y sólo pasan imagenes ante mi vista, creo que es el shock de volver a pisar el colegio nuevamente. Antes que pueda asustarme, el audio vuelve y puedo entonces oir la bulla de 66 promociones, desde la 1940 hasta la 2006, que llenan el patio principal, celeste y hermoso. Con el corazón cada vez más agitado busco caras, cientos de caras, mi cerebro está funcionando al máximo haciendo un rastreo en la memoria de hace 25 años, tratando de identificar rasgos característicos de algunos, pero es en vano. Hasta que escucho una voz que me llama, y ahí estaban.., tal como no los esperaba, los tíos de la K, promoción 82, gordos, canosos, arrugados y con mucho menos pelo: José Córdova, "Coco" Idiáquez, Carlos "Chacalón" Henríquez, Pablo Rojas, Jorge "Cholito" Jaime, Jimmy Arbulú, Larry Sánchez "Pachitas", Oscar "Monito" Asencio, José Agapito, Julio "Loco" Salazar, Victor Gutiérrez "Sapito", Gustavo Robladillo "Piñata", Edwin Montalvo, Raúl "el negro" Guillén, y este pechito.
Y es que la vida es así, no nos trata igual a todos, pero esa es otra historia.
